Decadencia y caída del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual: la transposición de la Directiva 2019/790 sobre derechos de autor en el mercado único digital por el Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre
Palabras clave:
derechos de autor y conexos, mercado único digital, minería de textos y datos, ilustración de la enseñanza, obras fuera de circuito comercial, usos en línea de publicaciones de prensa, servicios para compartir contenidos en línea, remuneración de autores y artistas en contratos de explotaciónResumen
La legislación española sobre propiedad intelectual viene conociendo una progresiva degradación desde el año 2008 en adelante, tanto por lo que se refiere a su calidad técnica como por lo que hace a su dispersión en diversos cuerpos legales con la consiguiente merma de sistemática y riesgo de inseguridad jurídica. La reciente aprobación del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre, por el que se trasponen a nuestro Derecho interno las Directivas 2019/789 y 2019/790, supone la última etapa en ese proceso de decadencia, el cual se ha visto agudizado en el último lustro por una serie de intervenciones efectuadas a través de la técnica del real decreto-ley so pretexto de supuestas razones de urgencia. En el caso de la Directiva 2019/790, sobre derechos de autor en el mercado único digital, además de ahondarse como nunca hasta ahora en la tendencia centrífuga de la normativa de propiedad intelectual desde el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual hacia otros cuerpos normativos, se aprecia un ejercicio de transposición muy deficiente, en el que no solo la técnica legislativa es poco cuidada y proliferan los desajustes y contradicciones con la normativa preexistente, sino que se omiten elementos que son de obligado reflejo por parte de los legisladores nacionales, se adicionan elementos que pueden desvirtuar el régimen armonizado plasmado en la Directiva y se desaprovecha la oportunidad de incorporar precisiones, definiciones y matizaciones que la Directiva contiene. El resultado, para todos los que tienen derechos e intereses que se ven afectados por la normativa de propiedad intelectual, así como para los operadores jurídicos llamados a aplicarla, no puede ser más desalentador y alimenta una sensación de nostalgia hacia épocas en las que la forma de legislar en materia de propiedad intelectual era otra.
